La palabra que impulsó el cambio.
Triptófano, fue una de las primeras palabras que aprendí, cuando empecé a investigar el cambio de alimentación de mi hijo con autismo. Lo escribía por todos lados, analizaba este aminoácido esencial como si de un amigo se tratara. Los primeros acercamientos con el término me los dió Teofilo Calvo, farmacéutico, terapeuta, acupuntor y divulgador científico . Bajos niveles de triptófano provocan bajos niveles de irritabilidad en el intestino y lo vuelve permeable. El triptófano nos ayuda a generar serotonina, la hormona de la felicidad, del bienestar. Me preocupaba por que cada alimento que consumía Federico lo incluyera, pollo, pescados azules, frutos secos, banana, huevos, semillas, legumbres, entre otros.
Desde este punto comencé a desglosar todo el cuadro de mi hijo, que pasaba en él y en sus intestinos, como debía proceder para que el daño intestinal se revierta, necesitaba pasos a seguir, convertirse en detective privado de cada uno de sus comportamientos. Todo lo escribía en un cuaderno, cada sensación, cada movimiento junto a la palabra triptófano, tratando de resolver este complejo rompecabezas del autismo.
Como analicé este aminoácido, lo hice con otros componentes, neurotransmisores, enzimas, bacterias benéficas, etc. leí muchos libros, estudios con base científica, vivimos cambiando, modificamos día tras día nuestras costumbres y todo evoluciona constantemente. Muchas veces, cuando me preguntan donde estudié, siempre cuento que me forme en IATENA, pero muchos de los conocimientos que adquirí, fueron porque realmente me apasiona la microbiota intestinal y su funcionamiento, la estudié mucho.
Luego llegaron mi, las enseñanzas del Dr. Mario Alonso Puig, cirujano, neurólogo y gastroenterólogo de gran renombre, español, con una claridad en sus palabras que te deja pasmada y a tu cabeza solo llega, porque no lo pensé antes!!. Él nos cuenta que en nuestro tubo digestivo e intestinal se encuentra el 80/90 % de nuestro sistema inmunológico. Si no comemos adecuadamente, es muy raro que estemos nutriendo y dando combustible a nuestro cerebro. Lo que comemos influye en nuestra capacidad de aprendizaje, memoria, inteligencia y estado de ánimo, está científicamente comprobado, así como también que hay una relación directa entre la falta de concentración, capacidad de análisis, perdida de memoria, dificultad para aprender, ansiedad, depresión, irritabilidad, la fatiga y el insomnio con una nutrición inadecuada.
Nuestro cerebro no tolera los picos de glucosa, no se lleva bien con las subidas y bajadas bruscas de este componente. Cuando hablamos de este azúcar, nos referimos a los que puedan venir en un alfajor o chocolate cargado de azúcar, en los alimentos procesados. El “azúcar” que le viene bien al cerebro es el que viene dentro de un vegetal o los frutos del bosque, por ejemplo, en aquellos que tienen bajo índice glucémico, estos azúcares hacen que no haya picos de glucosa y logran que el azúcar sea constante y liberado de a poco. Algunos de los alimentos ejemplo son: los frutos secos, semillas, verduras, frutos del bosque, aceitunas, etc. A los cuales, si me preguntan a mi, le agregaría procesos de fermentación para liberarlos de algo de la carga de antinutrientes, transformando esos azúcares en bajo índice glucémico, ganando muchos beneficios en este aspecto.
Las grasas a las que tantos tienen miedo de incorporar, o llevan una alimentación baja en grasa, es hasta a veces peligroso. Nuestro cerebro, el cerebro humano, si le quitamos el agua que lo componen, nos queda en un 60% que está compuesto por grasa. La grasa no es mala, solo necesitamos ser inteligentes al elegir. La carencia de grasa puede causar TDAH, fatiga, baja capacidad de aprendizaje, entre otras cuestiones. Los fosfolípidos que son generados en nuestro cerebro, envuelven al axón de la neurona, el 75% de lo que recubre el axón es grasa, con ella es más fácil la conducción por la mielina. La membrana de la neurona está formada por una doble capa de grasa. Si tenemos una adecuada ingesta de grasas saludables, las neuronas pueden operar bien y la conectividad nerviosa puede ser la adecuada. Las grasas de las que te hablo y nos habla el Dr. Puig son los ácidos grasos esenciales, los que debemos ingerir porque no los fabrica el cuerpo, ácido alfa linoléico, los omega 3 (EPA, DHA) que están en pescados como el atún, caballa, arenque, salmón del atlántico, siempre de buena fuente, los huevos de gallinas que pastan libre, las nueces. Todo se conecta con todo, alimentarlos bien, utilizando los alimentos como medicina, es parte del mayor secreto de la mejoría, brindarles calidad de vida, en muchos casos de los niños con autismo y de muchas condiciones más.
Conclusión, estas dos eminencias no saben como me ayudaron, es probable que nunca lo sepan, ojalá hubiese leído y escuchado todo esto antes, así que si estás comenzando el camino del cambio de alimentación, ya sea para vos, tus hijos o para toda tu familia, primero decirte que es un gran seguro de vida que te va a acompañar y a cuidarte para siempre. Es un ganar ganar, sé que los alimentos procesados son deliciosos, pero debemos pensar de manera inteligente, están hechos a propósito, están ideados por personas que estudian tu cerebro para saber que le genera ansiedad, dependencia. Así como hay personas y doctores como estos que te menciono en este post, dedicados a crear consciencia de cómo funciona nuestro cerebro, enseñarnos para nuestro bien, para que tengamos salud, también hay científicos, neurólogos y bioquímicos dedicados, con la misma base, a descubrir que te hace más adicto, que influye en tu cerebro para crear una dependencia.
Conocías esta hermosa palabra, éste poderoso aminoácido esencial?, te gusta este tipo de información, querés que la siga compartiendo?, me encanta generar la duda que te lleve a investigar más sobre estos temas?. Contame en comentarios y con mucho gusto comparto cada día un poco más, sobre estos temas que son tan importantes hoy en día para lograr y mantener nuestra salud.
Fuentes: Dr. Mario Alonso Puig y Teófilo Calvo.
Hola, leí por primera vez tu post del triptófano, me resultó sumamente interesante. Estoy en la busqueda de ayudar a mi niño con TEA, pues hace años que estamos con la alimentación sin gluten, lácteos y azúcar, pero no es suficiente. Mi niño está estancado y leyéndote, me llenas de esperanza. Por favor, haz algún curso, taller o lo que sea, necesito asesorarme y aprender de tu experiencia.